
Desde hace un tiempo, la comunicación digital ha tomado giros inesperados. Para nadie es secreto que abrazar la digitalización y asumirla fue y es la opción para todos aquellos medios que quieren permanecer.
Hay muchos ejemplos de proyectos que han dejado claro que hacer comunicación digital es un cheque al portador, sin embargo, en este escrito quiero referirme puntualmente a uno del patio, el reality “La Casa de Alofoke”.
Este proyecto, convertido en fenómeno, ha sido ideado por Santiago Matias, un estratega que ha demostrado, en todo lo que hace, que sabe del negocio y que lleva pasos agigantados por delante en la industria, ha logrado trascender fronteras y concitar la atención de millones de personas alrededor del mundo, que lo han colocado en el número 1 en la plataforma de Youtube.
La Casa de Alofoke, en el que figuras reconocidas hacen vida encerrados por un mes y con transmisión en vivo 24 horas al día, ha sido tomado de ejemplo, como caso de éxito, en la reciente actividad de Google Week, celebrado en Guatemala, lo que claramente refleja el impacto mediático de este revolucionario e innovador proyecto.
Nos guste o no el contenido, hay que reconocer que esto ha venido a cambiar la forma de pensar y a, sobre todo, hacernos entender que lo digital, bien estructurado y con objetivos claros, deja buenos resultados. ¡El consumidor está ahí!
En el aspecto social, queda un mensaje claro: la gente busca entretenimiento y él se lo sabe dar de acuerdo a sus exigencias y gustos. Los tiempos cambian, hay una generación que eso es lo que consume y es fiel cuando lo hace. ¡Ahí está la clave!
Por donde quiera que uno se tire, se habla de La Casa de Alofoke. Los que están encerrados en ella, están dando el contenido para lo que fueron llamados a participar y el público dedica horas y horas disfrutando de lo que allí pasa. En serio, ¡solo se habla de la Casa de Alofoke!.
Señores, especialmente mis amigos del medio, esta es nuestra realidad… Solo puedo enviar mis felicitaciones, la estrategia ha sido un palo, tremendo éxito y eso merece reverencias.
Y na, para terminar, recuerden: Siempre la Mas, Nunca la Menos y Jamás MAS O MENOS.
Bye


