Era largamente esperada la culminación de las investigaciones sobre el fraude en Senasa, conducidas por el Ministerio Público desde hace semanas. Esta vez, sin embargo, varió el guion y se dejó de lado la espectacularidad que ha caracterizado la actuación de las autoridades en los casos de corrupción.
No hubo allanamientos nocturnos ni tampoco las abusivas detenciones frente a miembros de la familia. Es de esperarse que queden guardados para siempre los cascos ridículos y chalecos antibalas, humillación contraria a un régimen de derecho. ¿Por qué a los fiscales les gustan los fines de semana para sus operaciones?
Redacción Dialektosdigital
