El miércoles 18 de diciembre de 2024, a las 6:51 am, la rutina familiar se vio interrumpida por una llamada angustiosa. Porfirio Antonio Rodríguez, funcionario del Instituto Nacional de Administración Pública, comunicaba a su hermano mayores síntomas alarmantes desde un taxi: dolor agudo en pecho y brazos.
El protocolo de emergencia se activó en la clínica más cercana, donde médicos aplicaron anticoagulantes, reguladores de presión y analgésicos. Pese a los esfuerzos, el cuadro clínico se agravó rápidamente. ‘Compadre, yo creo que me estoy muriendo’, fueron sus últimas palabras conscientes antes de sucumbir a un ataque cardíaco a los 50 años.
Este relato periodístico reconstruye no solo los fallidos intentos médicos por salvarlo, sino que retrata a un hombre vital -segundo hijo de una madre que lo concibió a los 48 años- cuyo legado familiar se remonta a generaciones de agricultores. La narrativa entrelaza el drama hospitalario con recuerdos de infancia bajo la sombra de una baitoa, árbol simbólico que marcó su linaje.
Un caso que expone la fragilidad humana frente a emergencias médicas y las secuelas emocionales en los deudos.
Redacción Dialektosdigital
