El escándalo por el déficit de 15 millones de pesos en el Seguro Nacional de Salud (Senasa) revela un patrón preocupante: según documentos del Ministerio Público, los principales implicados distan mucho de los perfiles que suelen señalarse en el discurso público.
Los investigados pertenecen a estratos económicos privilegiados, cuentan con documentación legal y ninguno corresponde a grupos migratorios o en condición de vulnerabilidad.
Este caso desnuda dos problemas estructurales: por un lado, la corrupción sistemática que drena recursos vitales para la salud pública; por otro, la peligrosa tendencia a construir chivos expiatorios que desvían la atención de las verdaderas causas. Expertos consultados coinciden en que el subfinanciamiento crónico del sistema agrava la situación, creando condiciones para este tipo de desfalcos.
Mientras tanto, persisten narrativas que buscan atribuir los males del sistema a poblaciones marginales, en lugar de enfocarse en las fallas institucionales y los mecanismos de control deficientes.
Redacción Dialektosdigital
