Stephora es ya el símbolo del acoso escolar. Como Lucrecia –asesinada en Madrid en 1992- lo es de la violencia xenófoba. Cuesta verbalizarlo, pero esos niños y adolescentes que acosan física y emocionalmente a sus compañeros son pequeñas malas personas. Pueden recuperarse, será una fase si se les para a tiempo.
O serán así en su vida adulta si se les excusa y permite hacer daño intencionalmente a sus compañeros. Crecerán atropellando a subalternos, a su pareja e hijos o a extraños. («Acoso ha habido siempre, hay que aprender a defenderse». «No se puede quitar a los acosadores el derecho a la educación». «Se reportó y se habló con los padres». «Los agresores también necesitan ayuda».
«Hicimos una intervención y se aplicó el protocolo. » )¿Por qué es más común que sea el acosado quien cambie de colegio o escuela? ¿Por qué no se expulsa inmediatamente a los acosadores? ¿Qué impide a los profesores intervenir con contundencia, ¿no ven, no miran?
Redacción Dialektosdigital
