El escándalo del esquema piramidal conocido como ‘Mantequilla’ ha desvelado un fenómeno social más complejo que una simple estafa financiera. Expertos consultados coinciden en que el verdadero problema radica en la normalización de conductas de riesgo entre la población.
Contrario a lo que podría suponerse, muchos participantes conocían la naturaleza insostenible del modelo, pero optaron por jugar con la esperanza de retirarse a tiempo. Este comportamiento refleja una peligrosa cultura del atajo que preocupa a autoridades y analistas por igual.
Las investigaciones señalan que perseguir a los cabecillas no es suficiente; se requiere una estrategia integral que combine educación financiera, supervisión estatal efectiva y consecuencias legales claras. El caso plantea un dilema ético: hasta qué punto los ciudadanos son víctimas o cómplices cuando, conociendo los riesgos, deciden participar en esquemas fraudulentos.
Economistas advierten que este tipo de fenómenos socava la confianza en el sistema financiero formal y distorsiona los valores económicos básicos.
Redacción Dialektosdigital
