Las denominadas ‘teteos’ -fiestas callejeras masivas- han evolucionado de celebraciones espontáneas a focos de violencia incontrolable. Según registros periodísticos, estos eventos presentan ahora enfrentamientos con botellazos, piedras e incluso disparos, escenas que paradójicamente algunos normalizan a través de redes sociales.
Este fenómeno social refleja una peligrosa banalización de la violencia en espacios públicos. Por otro lado, la intervención policial muestra graves deficiencias: agentes mal equipados y entrenados enfrentan multitudes bajo efectos del alcohol y drogas.
Sin justificar su accionar, ya se registran dos muertes en teteos por disparos policiales en diciembre, revirtiendo la baja en fatalidades lograda en octubre. Expertos advierten que este cóctel de descontrol ciudadano y respuesta desproporcionada podría agravarse en las próximas fiestas navideñas.
La solución requiere un enfoque multidimensional: regulación de venta de alcohol, operativos policiales profesionales y concienciación ciudadana sobre celebración responsable. Las cifras históricas confirman que diciembre es el mes con mayor violencia callejera, un patrón que debe romperse con urgencia.
Redacción Dialektosdigital
